Seguramente te has encontrado en la situación que acaba el día y sientes que no has hecho nada productivo. O aún peor te pones los típicos objetivos cuando comienza el año y a los pocos meses van decayendo hasta que quedan en el olvido. Esto no es algo único que te pase a ti, nos pasa a todos y el motivo es porque nos ponemos retos demasiado grandes. Los objetivos grandes nos asustan, nos paralizan y nos abruman con lo que nos impide actuar y comenzamos a desistir.

Mi experiencia personal

Un ejemplo claro es el típico de ponerse a hacer ejercicio, nos creamos la imagen mental del cuerpo escultural que tendremos simplemente al hacer 4 simples ejercicios en un periodo de 2 semanas pero así no funciona la cosa. Pasan esas 2 semanas y estás igual que como empezaste y encima te tratas de tonto por todo el esfuerzo que has hecho en vano, y el problema radica ahí. En mi caso particular, en los últimos 2 años he perdido más de 30 kilos, y no ha sido por algo que haya hecho puntualmente sino de cumplir pequeños objetivos diariamente. En 2 años me he dedicado 5 días a la semana a hacer ejercicio de pesas, no durante mucho tiempo, simplemente 20 minutos y 1 día a la semana a salir a correr, nada también 30 minutos. Había semanas que no perdía nada, y otras perdía todo lo que no había perdido la anterior. Lo importante de esto es que cada día contribuía un poco a ese objetivo final, cada día era importante para que la suma de todos los días, el conjunto de acciones, consiguieran el objetivo final.

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Tengo que confesar que el comienzo no fue fácil, y esos 20 minutos no han sido respetados siempre, pero lo que si ha sido es una constante, al principio empecé por 5 minutos, era un tiempo asumible que no podía rechazar y fui aumentando poco a poco hasta los 20 minutos. Ya no es algo que cueste, cuando llega el momento de hacer ejercicio parece que entro en flow aplico la rutina y cuando acabo, los 20 minutos ya han pasado.

Como tienen que ser los objetivos

Lo importante del ejemplo es que los objetivos que debemos de marcarnos deben ser fáciles de conseguir diariamente que a largo plazo son un gran avance. Si para comenzar tienes que salir a andar 30 pasos, pues andas 30 pasos cada día, o 15, da igual, cualquier objetivo sea el que sea, tan pequeño que para el cerebro no sea un obstáculo, porque ahí está el truco, hacer que cerebro disfrute o más bien, no rechace esa tarea. Si comienzas 30 pasos llegará el momento que te sentirás con ganas de en lugar de hacer 30, hacer 60 o 100. Poco a poco ir mejorando el reto con más pasos y quien sabe si podrías hacer una maratón.

La importancia de llevar el control de los objetivos

Un obstáculo que te puedes encontrar en el proceso es el de quedarte estancado a mí me pasó en el proceso de pérdida de peso. Lo que hice es comprarme una báscula de esas digitales que a parte del peso, te mide las proteínas y las grasas entre otras cosas. Es decir, tener pequeños datos de medidas, en los que poder basarme para ver el avance, porque quizás una semana no había perdido peso pero si aumentado músculo y disminuido grasa. El peso global era el mismo, pero estaba avanzando. O bien en el ejemplo de andar, una pulsera que te cuenta los pasos es una forma de medir los pasos que das y, porque no, compararlo con el tiempo. Seguro que cada semana se avanza en algún punto.
Los objetivos a corto plazo, son super importantes también para automotivarse. Cumplir esos objetivos y celebrarlos da un chute de dopamina que nos ayuda a continuar en el proceso y no desmotivarnos.

 

Mindset para alcanzar los objetivos

Aquí entra en juego la mentalidad, siempre tenemos que tener en mente como mejorar cada día un 0.1 %. Para que no sea tan ficticio podemos recurrir siempre al ejemplo del muro. Si queremos construir un muro alto y fuerte, debemos centrarnos en colocar cada día un único tocho, y ese tocho colocarlo lo mejor posible. Al cabo de un tiempo, y sin darnos cuenta, tendremos un muro fuerte fruto de pequeños trabajos diarios.

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Este sistema de pequeños pasos los japoneses le llaman Kaizen, En japones, kai significa cambio y zen bueno o beneficioso. Así que la traducción que podíamos hacer es cambio a mejor o como me gusta llamar, mejora constante. Y para mantener esa constancia cobra mayor importancia esos pequeños pasos, tan pequeños que no nos podamos negar a hacerlos diariamente.

Lo increíble de todo esto es que, con el tiempo, esas pequeñas acciones nos generan hábitos, esos hábitos entrenan al subconsciente y automatizan toda o gran parte de la tarea. Y es algo increíble que hemos vivido todos.
Por ejemplo, cuando aprendemos a conducir nos abrumamos de la cantidad de cosas que hay que hacer a la vez y la atención que hay que prestar a todas ellas, pero una vez que se ha convertido en un hábito nuestro cerebro lo automatiza. O no te ha pasado que has cogido el coche para ir a algún sitio y una vez has llegado no te acuerdas del recorrido? Seguramente tu cabeza estaba en otra cosa pero tu subconsciente ha conducido todo el rato de forma automática. O algo más sencillo, no te pasa que cuando vas a abrir la puerta de un armario de la cocina no piensas en donde está lo que estás buscando, sino que abres directamente esa puerta? increíble verdad?

Pasos para conseguir los objetivos

Si todo esto te interesa te voy a dar los pasos que hay que seguir conseguir estos mini objetivos para conseguir el objetivo mayor.

Paso 1, elige los mini objetivos semanales y cuando los vas a hacer.
Paso 2, pregúntate, ¿para qué quieres lograr estos mini objetivos? Piensa cuáles son tus razones de peso para tener que hacer esos mini objetivos.
Paso 3, piensa cuando hacer esos objetivos, en que momento, o después de que vas a hacerlos.
Paso 4, crea una forma de recompensar esos mini objetivos, de esta forma ayudas al cerebro a crear esa dopamina y ayudarte a seguir con el hábito
Paso 5, lleva un control de esos objetivos. Puedes escribirlo en un papel o usar el propio móvil para hacer el seguimiento. De hecho hay varias aplicaciones, llamadas hábitos que te ayudan a planificar y controlar los pequeños objetivos que te marques. Aquí podéis encontrar las 5 mejores apps para la gestión de los hábitos
Paso 6, recuerda que todo objetivo tiene que ser mini, tan pequeño que puedas lograrlo sin que tu cerebro lo rechace.
Paso 7, cumple la planificación del primer paso, no te crees expectativas muy altas, mejor que sean bajas ya tendrás tiempo de subirlas cuando el hábito se haya creado.
Paso 8, Se consciente que tu estado emocional varia, y muchos días no tendrás ganas de realizar los mini objetivos, recuerda que tienen que ser tan pequeños que no puedas negarte, si en lugar de leer un capítulo del libro lees un párrafo también vale. Hay que priorizar la constancia antes que la cantidad.

 

 

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